¡Linduritas ! Ha llegado noviembre, ese mes mágico en el que todos sentimos que el año ha llegado a su fin. Diciembre ya asoma por la esquina, ¿por qué molestarse en hacer algo? Aquí es donde se plantea la gran pregunta: ¿aprovechas noviembre al máximo o te dejas llevar por la dulce procrastinación?
Noviembre es como esa fiesta que empieza a las 8 p.m. y tú llegas a las 10 p.m. ya medio cansada. Tienes dos opciones: ¡encender la pista de baile o quedarte en la esquina con tu copa de vino mientras miras cómo todos se divierten! Puedes elegir organizar tu vida y poner en marcha esos proyectos que te has pospuesto.
Y no nos engañemos, procrastinar tiene su encanto. Hay algo muy atractivo en pensar: “Ya llegará enero y ahí sí que me pongo las pilas”. Pero, ¡espera! ¿No se puede empezar a cambiar el chip en cualquier momento? Claro que sí. ¿Por qué no hacer de noviembre el mes de tus nuevas resoluciones? Te prometo que no necesitas esperar al 1 de enero. Después de todo, el calendario es solo una ilusión.
Así que, elige sabiamente, lindurita. Noviembre puede ser tu mes de la acción: ¡empieza ese proyecto que siempre quisiste!
Pupi.
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